Carlos Matus |
El siguiente texto hace parte de la introducción de un artículo de Carlos
Matus titulado Planificación y Gobierno
publicado en la Revista de la Cepal No 31 en 1987. Desde entonces ya han pasado casi 30 años
y su contenido continúa totalmente vigente. Parece que nada ha cambiado y por
lo contrario cada vez más se profundiza el grave problema de baja capacidad de
gobierno de nuestras dirigencias políticas latinoamericanas:
“La población latinoamericana tiene
cada vez menos confianza en la capacidad de los partidos políticos, y de los
gobiernos que de ellos nacen, para solucionar o, al menos, aliviar los
problemas. Observa con asombro que los programas electorales no constituyen un compromiso
o una palabra dada para ser cumplida, y comprueba que los planes se apartan de
las promesas electorales y que la acción práctica de gobierno se distancia, a
su vez, de los planes.
Cada vez es más
común escuchar en la voz de la calle que los partidos políticos son capaces de ganar
elecciones, pero incapaces de gobernar con eficacia. La ciudadanía castiga a
los gobiernos después de un período de espera restándoles adhesión y, en última
instancia, votando por la oposición en las contiendas electorales donde se decide
el cambio de gobierno. Pero, ese castigo no renueva las prácticas de gobierno,
y los dirigentes políticos no aprenden de la historia reciente e insisten en
los mismos errores. De esta manera, el voto-castigo en las elecciones presidenciales
es un juicio de eficacia que no produce mayor eficacia y, en cambio, genera a
la larga desaliento y desconfianza. ¿Cuánto puede durar un sistema que al final
termina por garantizarnos, como principal beneficio, la libertad de observar en
paz cómo los problemas se agravan? ¿Cuánto durará esa paz sin eficacia,
justicia y empleo, pero con hambre? En la explicación de esta divergencia
nosotros, los planificadores de profesión, tenemos casi igual cuota de responsabilidad
que los dirigentes políticos y los gobernantes.
Los procesos de
ganar elecciones, hacer planes de desarrollo a la manera tradicional y producir
medidas durante el gobierno responden a dinámicas de distinta naturaleza,
guiadas por distintos criterios de eficacia, en contextos muy diversos, y
protagonizadas por actores bien diferenciados…En la instancia electoral, los actores
son distintos que en el momento del plan de gobierno y de la acción de
gobierno. Los criterios de eficacia, las restricciones y las relaciones de fuerzas
que pesan son también distintas. El clima electoral y las instituciones
electorales generan motivaciones y prácticas casi opuestas a las del ambiente
de gobierno desde el Estado que rodea el cálculo del plan económico y la
administración burocrática ordinaria de los organismos públicos”.
Es uno de los numerosos mensajes emitidos por el Prof. MATUS y felicito por utilizarlos para mejorar los procesos de Planificación y Desarrollo en América Latina.
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