Caso 1: Plan Ambiental de Corinto (Cauca) 1997
Caso 2: Árbol del Problema Robo de Vehículos en la Comuna 10 de Medellín 2015
Caso 2: Árbol del Problema Robo de Vehículos en la Comuna 10 de Medellín 2015
El propósito de esta
publicación es divulgar algunas de las experiencias de aplicación del Método
Altadir de Planificación-MAPP en varias organizaciones y procesos de asesoría en
América Latina. En la medida de las posibilidades iremos seleccionando,
editando y publicando las experiencias que consideramos importantes. Así mismo,
publicaremos las experiencias de aplicación de la versión comunitaria de la
Planificación Estratégica Pública (PEP-B) que es el fruto de nuestra
experiencia de más de 20 años en la asesoría, investigación y capacitación en
las ciencias y técnicas de gobiernos.
La creación y aplicación del MAPP parte del
reconocimiento que no existe un único método de planificación que se ajuste a
todas las realidades posibles. En vez de ello, es necesario entender la
planificación como un conjunto de herramientas diversas a las que los
dirigentes pueden recurrir para enfrentar los diferentes tipos de problemas que
enfrentan en su gestión. Sin embargo, es de gran importancia que los métodos y
técnicas de planificación utilizadas en una organización concreta tengan en
común su consistencia teórica, e incluso ideológica, de lo contrario se
estarían aplicando herramientas que no se complementen y que no son útiles,
eficaces y potentes para alimentar la acción (Burbano, 2011). El error que
corrientemente se comete es aplicar herramientas no adecuadas ni para el tipo
de problema o realidad social que se desea enfrentar ni para el ámbito en que
se precisa utilizar (por ejemplo, si se trata de una organización pública o
privada). Esta deficiencia en la adecuada utilización y adecuación de los
métodos y técnicas se debe principalmente a la creencia generalizada de las
oficinas de planeación y de los mismos dirigentes de que en la planificación lo
que importa es sólo formular buenos planes, no importando cómo sea el proceso
para llegar a ellos, como si existiera una “neutralidad
metodológica” (Matus, 2000, p. 19).
Para cada problema,
horizonte de tiempo, nivel organizativo y ámbito de aplicación (público o
privado) corresponde, por tanto, un método de planificación que se ajusta a
dichas realidades. El Cuadro anexo muestra mejor este razonamiento, detallando
el tipo de problema de decisión que se plantea, los métodos que son más
adecuados para dicho problema y los conceptos derivados de la teoría de
planificación pertinente que se aplican para cada caso o problema. De esta
forma, un sistema de planificación pública requiere combinar varios métodos,
según sea la jerarquía y complejidad de los problemas abordados en los
distintos niveles del sistema organizativo. No es recomendable que una
organización trabaje y aplique un mismo método de planificación en todos sus
niveles y para todos los tipos de problemas.
En este orden de
ideas, la Fundación Altadir creo el Método Altadir de Planificación
Popular-MAPP como una herramienta de planificación de tercer nivel para ser
aplicado en los niveles gerenciales y en la base social en donde las exigencias
en cuanto a complejidad son menores. Su
aplicación no demanda una formación académica especializada, pero si requiere
el conocimiento y experiencia específica sobre la realidad problemática que se
está planificando.
Se recomienda la aplicación del MAPP en los
niveles superiores de las organizaciones públicas cuando las exigencias de
oportunidad del procesamiento tecnopolíticos no permite la aplicación de un
método más complejo que llevaría más tiempo del necesario para tomar decisiones
efectivas.
El MAPP es un método de
planificación coherente con un modelo de Gobierno Participativo con Poder de
Decisión (gobierno comunitario) direccionado a la profundización de la democracia política
como una
etapa superior
más allá de la simple participación comunitaria. En este modelo, las organizaciones
de base tienen las competencias
necesarias para gestionar y operacionalizar
el enfrentamiento de sus propios problemas con lo cual se posibilita la creación
de una instancia del gobierno vecinal más abajo de los Municipios, superando idea
de que el municipio es la última instancia de gobierno.
En el Gobierno Participativo
con Poder de Decisión, el uso de la palabra gobierno se refiere no sólo al
gobierno ejercido desde las instituciones político-administrativas del Estado,
sino también a la red de gobiernos circunscritos a diversos ámbitos
específicos. Practicar la planificación y ejercer el gobierno de procesos es
una capacidad potencial de todas las fuerzas sociales. Los gremios, las
organizaciones comunitarias, las universidades, los partidos políticos, en fin,
todo aquel que pretenda conducir un proceso desde alguna posición, tienen un
espacio de gobierno en ese ámbito del sistema social. De allí que la
planificación, como cálculo que precede y preside la acción, no es monopolio
del gobierno del Estado, sino una herramienta necesaria para todo actor
empeñado en la realización de un proyecto de gobierno. Esta afirmación cobra
especial relevancia en momentos en que la descentralización se ha impuesto como
una línea estratégica en el proceso de modernización del Estado y de las
instituciones públicas. La ampliación de la capacidad de gobierno de las
organizaciones de base, constituye un factor clave para que éstas puedan
cumplir su rol en una sociedad moderna.
Ahora bien, no todos
los actores pueden, ni deben, aplicar un mismo método de planificación. La
complejidad de los problemas que debe enfrentar un actor, el nivel desde el
cual se practica la planificación y la capacidad técnica que el actor posea o
sea capaz de lograr determinan la necesidad de aplicar métodos más o menos
sofisticados. Sin embargo, conviene que los métodos que se aplican en un
sistema integral de planificación sean coherentes entre sí, lo cual significa
que deben partir de fundamentos teóricos comunes y utilizar categorías
metodológicas homogéneas.
De esta forma, el MAPP
aplicado en el contexto del modelo del Gobierno Participativo con Poder de
Decisión, contribuye a crear las condiciones para la
maduración política de la base social ,
eliminando la división excluyente entre
gobernantes-gobernados y fortaleciendo la relación gobernantes-gobernantes, es
decir, una sociedad de gobernantes,
donde cada uno
gobierna y ejerce las competencias en sus instancias. La administración
municipal guiando, conduciendo, coordinando y enfrentando los grandes problemas
sociales. Las organizaciones comunitarias analizando, gestionando y actuando sobre su propia problemática .
Lastimosamente en nuestros
países se continúan aplicando métodos de planificación en la base social
totalmente inadecuados para lograr un mayor avance de la descentralización
política y el fortalecimiento de la capacidad de gobierno de las comunidades organizadas.
Este es el caso, por ejemplo, del Presupuesto Participativo de Medellín en
donde la identificación y análisis de problemas, así como la formulación y
priorización de proyectos se realiza con la metodología del Marco Lógico.
El Marco Lógico fue creado
originalmente por el PNUD para procesar de manera elemental, proyecto a
proyecto, las demandas de cooperación técnica. Desde hace un tiempo a la matriz
del Marco Lógico se le incorporó el árbol de problemas del método ZOPP (Zielorientierte
Proyektplanung o Planificación Orientada hacia Proyectos), sin ninguna adecuación
metodológica significativa e incluso con graves simplificaciones respecto a la
propuesta original del ZOPP formulada por la GIZ (antes GTZ).
Las diferencias entre el
Marco lógico y el MAPP se pueden observar en siguiente cuadro. En el documento original del MAPP publicado
por la Fundación Altadir se describen en detalle las diferencias entre el la
Planificación Estratégica Situacional y el ZOPP que se aplican de manera
general para el caso del MAPP.
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